Pivotar es el momento de darse cuenta de que tu idea inicial no está funcionando como pensabas, y en lugar de insistir en ella, decides cambiar de dirección. ¡Pero no lo haces a lo loco! Pivotar es darle un giro a tu negocio, manteniendo la brújula en mano para que no pierdas tu esencia.
A veces, el mercado no responde como esperabas o tus clientes quieren algo completamente diferente a lo que pensabas. En lugar de aferrarte a tu plan original, adaptas tu producto, servicio o incluso el modelo de negocio para alinearlo con las verdaderas necesidades del mercado.
Pivotar no es sinónimo de fracaso, ¡todo lo contrario! Es una oportunidad para aprender, mejorar y buscar el mejor camino para que tu propuesta sea exitosa. Es un acto de flexibilidad, de adaptación, siempre con el foco puesto en lo que realmente importa: tu cliente.
Y si los tacos tampoco conquistan, cambia la salsa, o incluso cambia el tipo de taco, ajusta la receta, prueba nuevos sabores, o invierte en algo completamente diferente.
Cada cambio, cada pivote, es solo una oportunidad para acercarte más a lo que realmente quieren tus clientes.